A nadie debería sorprenderle que dijéramos que uno de los mayores avances de la tecnología y de Internet en los últimos años ha estado ligado al desarrollo del comercio electrónico. Hablamos de una tendencia que se ha instalado entre la gente de nuestra sociedad y que nos ha permitido convertir nuestra vida en algo más fácil, más sencillo. Ahora, ahorramos tiempo y dinero en los desplazamientos a las tiendas físicas para comprar algo. Un clic y listo, pasaremos a contar las horas que faltan para que alguien nos traiga el producto comprado hasta la mismísima puerta de nuestra casa.
Nos atrevemos a decir algo casi sin temor a equivocarnos: el comercio electrónico ha sido uno de los grandes responsables de que dejáramos atrás primero la crisis del 2007 (que empezó a diluirse en 2015 y 2016, momentos en los que el comercio electrónico empezaba a convertirse en algo muy habitual entre nuestra población) y luego la crisis del coronavirus, que también nos puso entre la espada y la pared. Ni que decir tiene que ese ecommerce ha tenido un importante papel en la reactivación del consumo en todos los sectores de nuestra actividad económica.
Un dato publicado en la página web de El Economista dejaba bien claro el papel de este ecommerce en el interior de nuestras fronteras y durante el coronavirus: en 2021, el 67% de los españoles compró algo por Internet. Es decir, dos de cada tres personas en España lo hicieron. Sin duda, este es un dato que pone de manifiesto la importancia no solo que ha tenido el comercio electrónico para la economía española, sino lo relevante que resulta para hacer de nuestra vida diaria algo más fácil. Y es que son millones de personas las que agradecen no tener que salir a ningún sitio para comprar lo que quieren.
¿Y qué es lo que está ocurriendo en el resto del mundo? Para obtener algunos datos, hemos recurrido al portal web de Statista, de donde hemos recogido que el porcentaje de compradores en el mundo ha ascendido hasta el 85%, que el peso del comercio electrónico en las ventas minoristas ya se estaba acercando hasta el 20% y que el país que más estaba mostrando un crecimiento en lo que respecta a esto era Brasil. Y es que este ecommerce no solo ha llegado a la sociedad occidental. Es una apuesta global.
El comercio electrónico, además de hacer más fácil la vida de los consumidores y haber reactivado la economía española, ha tenido un impacto realmente determinante en sectores concretos. Uno de ellos ha sido el de la logística y el transporte, un sector que ya era importante de por sí pero que ahora se ha convertido en la pieza angular de nuestra sociedad. Así nos lo han indicado desde Trasportes Internacionales, cuyos propietarios han realizado más contrataciones, invertido en más medios de transporte y ampliado, en definitiva, su línea de negocio para dar cabida a todos los tipos de demandas de sus clientes potenciales.
Un futuro todavía más esperanzador
Todo el mundo tiene la sensación de que el comercio electrónico va a seguir creciendo de cara a los años que están por venir. No es una sensación como otra cualquiera, sino que viene por el hecho de que se palpa que la gente cada vez tiene menos ganas de salir a realizar sus compras. El tiempo es algo que todo el mundo valora cada vez más y es precisamente por eso por lo que, teniendo la oportunidad de ahorrar el tiempo que invertimos en realizar las compras, adquirimos nuestros productos cada vez en mayor medida a través de la red.
Además, huelga decir que, cuando este comercio electrónico termine de convertirse en algo habitual en los países que se encuentran en vías de desarrollo o que todavía están subdesarrollados, está claro que el valor global de todo lo que tenga que ver con él va a crecer. Y ese momento llegará. El caso que os poníamos antes de Brasil es el más vivo ejemplo de ello. Se trata de un país que va evolucionando y que, como ya os hemos contado, es en el que más ha crecido este modelo de comercio.
Sin duda, hablamos de una cuestión que ha venido para quedarse y que es la máxima expresión de la evolución digital que ha experimentado nuestra sociedad de un tiempo a esta parte. Y lo mejor de todo es que hablamos de una tendencia que va a estar con nosotros durante muchísimas décadas, quizá para siempre. Y es que no hay manera más cómoda, e incluso más segura, para adquirir aquello que necesitamos o que se nos ha antojado. La venta física de productos es algo caduco y que, en muchos casos, tiene los días contados. Tiempo al tiempo.